―Padre,
no entiendo los tangos.
―Hijo
mío, se dice que los tangos se entienden cuando se ha vivido.
―Yo
ya he vivido mucho.
―Bueno,
aún te faltan datos; que veinte años no es nada.
―¿A
qué tanto desgarro?
―La
vida, hijo, es un desgarro en un lienzo hermosísimo.
―La
vida...no la entiendo.
―Escucha
a Marcela Ferrari; quizás te aclare algo:
―¿Has
oído, hijo? No seas necio y no te dejes
engañar/sea lo que sea un día cantará/certero el grillo/que anunciará el final.
―Me
gusta lo del grillo.
―Es
una imagen muy buena. Eso mismo te va a decir Luis Pastor dentro de un rato.
―¿Lo
del grillo?
―Lo
de que no seas necio y no te dejes engañar.
―Luis
Pastor ¿es el de los cantautores?
―Ese.
El Pastor que no comparte la sumisión de los borregos.
―Yo
tampoco.
―Cada
vez hay más pastores y menos borregos. Mira:
―Este es el que cantaba palmeándose el pecho lo de la mariposa de noviembre.
―El
mismo, hijo. La letra es de Violeta Parra.
―Violeta
Parra era la chilena de Gracias a la vida
¿no?
―Esto
es.
―¡Ay,
la vida, la vida...!
―Esto
es.
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